miércoles, 26 de septiembre de 2012

Capítulo 22: Volverás a sonreír.





Joy mira atentamente las hábiles manos de la peluquera, ella en cambio se concentra en dejar mi pelo perfecto. Un movimiento tan simple como levantar la cabeza, puede hacer que sientas añoranza por esa persona que antes eras tú. En ese momento puedo decir que verdaderamente me eche de menos, mi pelo era ahora un poco más corto, liso, de un color algo más claro y mi flequillo era recto, yo consideraba que el cambio era radical, por lo que por un momento en mi mente surgió la idea de pegarle dos bofetadas a la peluquera, pero deje esa idea atrás cuando recordé lo que Ingrid había dicho “cuando llegues a Londres cambia tu aspecto y de móvil”. Joy insiste en pagar ella a la peluquera. No me niego, estoy demasiado ocupada mirándome a un espejo. Me veo rara, mucho, pero era lo que Ingrid me pidió que hiciera, eso, y que cambiara mi número de móvil. Mi tía me acompaña hasta la tienda de telefonía más cercana que hay. Cuando salgo de la tienda mi Blackberry ha pasado a ser un Samsung Galaxy. Mientras camino por la acera tecleo el número de Angel y luego le escribo en un mensaje mi número, se lo envío y vuelvo a bloquear la pantalla haciendo que solo pueda ver mi reflejo.
Miro mi reflejo en la pantalla del móvil. Me veo extraña, ya no soy yo. En este momento me acuerdo de ella, de mi madre, donde esta el parecido ahora. Camino pensando en lo que Lay me hará cuando se entere de que me he cortado y teñido el pelo. Pienso en que estará haciendo ella ahora mismo.
(POV Lay)
Miro mi plato sin muchas ganas de comer, las ganas de llorar me inundan, vivir nunca se había hecho tan insoportable. Ahora que Paulas se ha ido sin saber si volverá, he perdido toda fuerza. Veo como mi comida va enfriándose, no tengo ganas de nada. Me levanto de la mesa y oigo como mi madre me grita que coma algo.
-¡Laura ven aquí!
-¡Ya te he dicho que no me llames Laura!-Le grito.
-No te lo llamaría si te comieras lo que tienes en tu plato.
-1º no tengo hambre, 2º no me llames así y 3º vete por ahí.
-No me hables así.
-¿Cómo quieres que te hable cuando te pones así?
-De cualquier otra forma, pero no así. No sé porque me hablas así.
-Si te enteraras de lo que pasa a tu alrededor, si me escucharas, sabrías porque te hablo así-le digo mientras me pongo mi cazadora y cojo el móvil y las llaves.
-¿Cuándo piensas superar que Paula se ha ido?
-Cuando el infierno se congele-le contesto mientras abro la puerta.
-¿Adónde vas?
-A la mierda, ¿también quieres que me la coma?
Cierro la puerta con un estruendoso ruido dejando a mi madre con la palabra, bajo las escaleras y marco el número de Dani, descuelgo y tras un par de pitidos lo coge.
-Hola corazón.
-Dani, ¿puedes venir a buscarme?
-Sí, pero ¿Qué ha pasado?
-Nada, que he discutido con mi madre.
-Ya te lo cuento después…te espero en el Starbucks.
-Vale en 10 minutos estoy ahí.
-Ok, hasta ahora.
-Hasta ahora.
Cuelgo y me dirijo al Starbucks que hay a dos calles de mi casa, con la esperanza de que Dani pueda animarme.

(POV Paula)
Sentada en la cama miro la pantalla de mi portátil en el que busco algún indicio de que pasa con mi primo. Aparto la vista de la pantalla y miro hacia la ventana. Llueve ¡que raro! si aquí nunca llueve. Me levanto y me acerco a la ventana, veo a la gente pasar corriendo, me fijo en una chica de pelo rubio que está en la entrada de la casa de mi tío. La miro bien y por un momento pienso que es un sueño, es Ingrid. Bajo las escaleras corriendo y le abro la puerta.
-¡Ingrid!-la abrazo fuerte como si tuviera miedo a que se esfumara.
-¡Que efusividad!-dice entre risas.
-¿A qué viene tanto jaleo?-pregunta Richard que en esos momentos se encontraba detrás de mí.
-Hola soy Ingrid-dice mientras me aparta a un lado-hablamos por teléfono cuando su hermano falleció.
-Si, ya recuerdo, ¿qué hace aquí?
-Pues vera vengo a pedirle la custodia de Paula.
Ingrid lo suelta así, de sopetón. ¿Para qué andarse con rodeos? La cara de mi tío era todo un poema, e Ingrid continua hablando.
-Su padre y yo éramos pareja desde hacía 6 años y nos casamos el año pasado…
-Paula no me habías contado que tenias una madrastra- me dice Richard con una sonrisa forzada.
-Veras Richard es que yo…
-Richard ella se entero hace cuatro días como quien dice…
-Ya-dice mi tío con una sonrisa fingida-pues lo siento, pero lo mejor para Paula, en estos momentos es estar con su familia.
-Y yo soy su familia…-prosigue Ingrid.
-Si ¿desde cuándo? ¿Desde hace 4 días?
-Mire señor, si Paula no se enteró antes fue porque su padre no quería decírselo…
-Paula vete a tu cuarto.
-No Paula, no vayas, te vienes conmigo.
-Su custodia la tengo yo, por lo que Paula hará lo que yo le diga, Paula vete a tu cuarto.
No suelo dejar que me gobiernen, pero hago lo que mi tío me manda y subo las escaleras mientras escucho la discusión entre Richard e Ingrid. Preferiría no escuchar la discusión, pero gritaban lo suficiente como para que yo pudiera oírlos.
-Su padre ya no está, lo que importa ahora es lo que yo diga y que no siga aferrada a su pasado. Ella tiene que olvidarse de todo.
-Pero ¿tú crees que te la mereces después de lo que hiciste? ¿Tu crees que si ella lo supiera se iría contigo?
-Lo que hice es pasado y ella no tiene porque enterarse-dice apretando los dientes-ya la perdí una vez y no pienso volver a perderla. Por lo tanto no le voy a dar su custodia, si la quiere tendrá que pedirla delante de un juez.
-Pues que así sea.
Ingrid salió de la casa con la cabeza bien alta, me acerque a la ventana y vi como levantaba la mano para despedirse de mí antes de desaparecer entre la lluvia y la niebla. Veo que empieza a atardecer, cojo mi móvil y le llamo.
(POV Angel)
Tumbado en la cama miro su foto sin poder evitar que el corazón se me encoja. Escucho la radio donde en estos momentos esta sonando “Miss you” de Ed Sheeran. Mi movil empieza a sonar de forma alocada, tengo que cambiar de tono de llamada. Lo cojo y descuelgo.
-¿Sí?
-Hola cariño.
-Hola princesa.
Notaba que su voz sonaba triste, casi podía tocar toda la amargura, tristeza y añoranza que ella transmitía.
-¿Qué tal todo por ahí?
-Lluvioso, nuboso y hace unos minutos casi se arma aquí la guerra de las Navas de Tolosa.
-A bien se ve que sabes meteorología e historia… ¿Qué ha pasado?
-Ingrid ha llegado y con ella todo el sin fin de razones para conseguir mi custodia…
-Y ¿a conseguido que tu tío se la de por las buenas? ¿No verdad?
-Exactamente, yo creo que cuando ella se marcho a mi tío le salía el humo por las orejas.
-Sería mejor que yo te secuestrara.
-Claro y ¿adónde exactamente piensa llevarme mi secuestrador?
-Pues…en dirección casa dios, subiendo las escaleras hacia el cielo, pasando el Olimpo y legando al paraíso.
Paula por fin se ríe, suelta una carcajada, quizá ese único momento ha sido en el que nos hemos podido reír en todo el día.
-¿En que agencia de viajes te han propuesto ese viaje?-me dice burlona.
-En…pues…en AirAngel, yo soy el jefe de la compañía, el secretaria del jefe, el que vende los viajes, vamos que lo soy todo-le digo riendo-es que sin mí no son nada.
-Bueno claro ni ellos son nada sin ti, ni yo aquí soy nada sin ti.
-Ni yo sin ti-le digo en tono serio-te quiero.
-Y yo a ti- me dice con tono nostálgico-Ingrid me ha mandado cambiar de aspecto por lo que me he tenido que cortar el pelo y teñírmelo.
-Pero, yo te voy a seguir queriendo aunque te tiñas el pelo de rosa o estas intentando decirme con esto que ya no te voy a querer… ¿qué quieres dejarme?
-Nunca en la vida, ahora si tu quiere yo no te quito.
-Ni de broma, ¿recuerdas que te hice una promesa?
-Si.
-La promesa era que nunca te olvidaría. Pues a esa promesa uno otra.
-Y ¿cuál es?
-Nunca te olvidare y nunca te dejare.
En ese momento no podía verla, pero podía sentir que ella estaba sonriendo, se que una lágrima resbalaría por su mejilla y que en un susurro me diría:
-Te quiero, pero ahora estas con una persona que no es Paula.
-Entonces, ¿quién es?
-No lo se exactamente, es alguien con flequillo recto, el pelo de color castaño claro y…
-Paula sigues siendo tú, el exterior no cambia el interior…
-¿Cómo lo sabes?
-Pues porque te conozco y se que ahora estas sobre tu cama, sentada con las piernas cruzadas, secándote las lágrimas con el borde de la manga de tu sudadera, porque se que te hago llorar al estar tan lejos de ti y porque se que cuando vuelva a decir te quiero, sabrás que por lo menos yo te sigo queriendo y volverás a sonreír. 
  
Bueo espero que os guste el capítulo, la verdad es que he tardado algo en subirlo, por problemas con el ordenador, pero al fin aqui esta. Comentar, besos.

martes, 18 de septiembre de 2012

Capítulo 21: Cambiemos el “tu y yo” por un “nosotros”

7:24 am.

Me entretengo mirando fotos en mi móvil. Fotos de Angel. Fotos mías. Fotos de los dos. Juntos. Felices. Pero sólo son eso, fotos.
Apenas he dormido un par de horas esta noche. Miles de recuerdos se agolpaban en mi mente cada vez que cerraba los ojos y no he podido, o no he querido apartarlos. Y es que como decía Paul Gèraldy, “llegará un día en que nuestros recuerdos serán nuestra riqueza”. Y a mí ese día ya me ha llegado. Los recuerdos no se pueden evitar. Para bien o para mal están ahí, en nuestra memoria, haciéndonos ver que ellos son lo único que nos queda; los recuerdos de los buenos o malos momentos que hemos vivido y que ya no se volverán a repetir. Y mis recuerdos me llevan a Angel, sólo a él. Le echo de menos. Echo de menos dormir abrazada a él, nuestras “apuestas”, como la del día de nuestro primer beso, sus frases insinuantes que me hacían sonrojar… Todo. Echo de menos mi vida junto a él. Me levanto de la cama y cojo mi guitarra. Sí, también me he traído la guitarra. La cojo y empiezo a tocar. Nada en concreto, solamente acordes sueltos. Y más recuerdos y más lágrimas. Pienso en él, en qué estará haciendo. Seguramente estará dormido, aun es muy temprano. Estará despatarrado en la cama, boca abajo, como siempre. Sin casi pensarlo cojo mi móvil de la mesilla de noche y le llamo. Sé que habíamos quedado en que le llamaría cada atardecer, pero no puedo esperar. Le extraño demasiado.
4 tonos después, contesta.
-¿Si?-Su voz denota cansancio.
-Angel-digo intentando contener las lágrimas-¿Te he despertado?
-Paula-dice confuso-No… no importa. ¿Ha pasado algo?
-No, es solo que…- No puedo evitar romper a llorar.
-Ey princesa, ¿Por qué lloras? Me estás asustando- Dice preocupado.
-No es nada-Intento calmarme-Solo quería hablar contigo.
-No me mientas Paula, estás llorando, solo quiero saber por qué-Insiste.
-Es que…- Me callo antes de romper a llorar de nuevo.
-¿Qué?- Pregunta-Dímelo, por favor.
-No puedo más Angel, te echo tanto de menos…
-Paula…-Suspira, notablemente más tranquilo.
-Sí, ya lo sé-le interrumpo-Siempre te digo lo mismo, estarás cansado ya de mí y de mis lloreras absurdas…
-No digas eso ni en broma-Me corta Angel-Yo nunca me voy a cansar de ti, ¿me oyes? Nunca.
-Pero tú también lo tienes que estar pasando mal y no te pones a llorar, en cambio yo...-digo entre sollozos.
-Claro que lo estoy pasando mal, mi niña. Y si no lloro es porque asimilo todo esto de forma distinta a ti, no te culpes-Me intenta tranquilizar.
-Aun así, no debería ponerme de esta forma, ya no soy una niña para andar llorando por las esquinas cada dos por tres-Digo.
-Para mí si que eres una niña, eres mi niña-Dice, recalcando el “mi”,  logrando arrancarme una sonrisa.
-Te quiero Angel, te quiero mucho.
-Y yo mi vida, ya verás cómo dentro de nada volvemos a estar juntos-Me dice.
-Ojala tengas razón…
-Ya verás cómo la tengo, siempre la tengo-Ríe.
-Eres un creído-Le digo sonriendo.
-Pero me quieres-Afirma.
-No estés tan seguro, aquí en Londres hay chicos muy guapos eh-Digo riendo.
-¿Pero tú solamente me quieres por mi físico?-Pregunta intentando aguantarse la risa.
-Pues claro, ¿qué creías?
-Hombre, ya sé que tengo un físico envidiable, pero…
-Bueno, tampoco te hagas muchas ilusiones, no creo que aquí en Inglaterra tarde mucho en encontrar alguno que esté más bueno que tú-Me carcajeo.
-Eso ha dolido, mala persona-Dice con tono infantil.
-Jajaja tonto…-Le digo, puesto que la última parte de la conversación no iba en serio.
-Con tanto insulto voy a empezar a pensar que todo lo que me dices es verdad eh- Dice con cierto tono de indignación.
-Perdóneme usted, no volverá a ocurrir-Digo en tono solemne.
-Disculpas aceptadas señorita- Dice riendo.
Sonrío pensando en cómo la conversación se ha ido volviendo más alegre, mas viva. Solamente con hablar con Angel ya me siento mucho mejor, pero hay una cosa que aun me inquieta.
-Angel-Digo con tono más serio.
-¿Si?
-Si me tengo que quedar por mucho tiempo en Londres… tú y yo… ya sabes,  tú… ¿Tú seguirías conmigo?
-Princesa me da igual el tiempo, como si vuelves cuando tengas 80 años, el pelo blanco y camines con bastón. Yo te voy a esperar. Y recuerda, ya no somos “tú y yo” sino “nosotros”.
-Nosotros…-Digo, volviendo de repente a aquel domingo 4 de septiembre.
4 de septiembre
Ha estado toda la mañana lloviendo, y no tiene pinta de mejorar. He quedado con Angel, ayer tras la apuesta, el beso, y todo lo que vino después me acompañó a casa, y me dijo que hoy vendría a por mí para ir a dar una vuelta. Quedan 15 minutos más o menos para que llegue y yo todavía no sé que ponerme. Al final me decido por algo básico. Vaqueros, sudadera y converse. Me peino y bajo. Acaba de sonar el timbre, seguro que es él. Abro la puerta y confirmo mis sospechas. Me saluda con un beso.
-Señorita-Dice tendiéndome el brazo como un caballero.
Me río y cojo su brazo, aunque segundos después vamos de la mano.
De repente, empieza a tronar. Ambos miramos al cielo, sabiendo que dentro de nada empezará a caer una buena.
-Mierda-Maldigo recordando que me olvidé el paraguas.
-¿Qué pasa?- Pregunta Angel.
-Que me he olvidado el paraguas, y va a empezar a llover de un momento a otro.
-¿Y qué? No sé tú, pero yo siempre he soñado con un beso bajo la lluvia-Dice con una sonrisa.
-Yo también-Le sonrío.
Y de repente, como si todo se compaginara a nuestro favor, empieza a llover. Angel coge mi cara entre sus manos y me besa. Es un beso cálido, tierno. Cuando se separa de mí, no puedo evitar reír.
-¿Qué? ¿Tan mal beso que te ríes de mi?-Me pregunta.
-No no, claro que no, es sólo que… ¿quién nos iba a decir cuando nos conocimos a principio de curso, que acabaríamos así?
-La verdad es que sí… aunque yo me fijé en ti desde el primer momento en que te vi- Otra sonrisa más.
-Tú y yo-Digo para mí misma- Suena bien.
-Cambiemos el “tú y yo” por un “nosotros”. Suena mejor-Me dice Angel.

-¿Paula?-Dice Angel al otro lado del teléfono.
-¿Si?-Salgo de mis pensamientos.
-Que tengo que colgar, voy a desayunar para luego ir al gimnasio.
-Ah, está bien, ¿hablamos más tarde?
-Claro que sí, al atardecer-Me recuerda.
-Veo que te acuerdas-Le digo.
-La duda ofende, princesa-Me dice riendo.
-Jajaja te dejo anda, que con el madrugón desvarías-Le digo.
-Está bien, hasta por la tarde mi vida. Te quiero.
-Yo más, un beso.
Y le colgué sin darle tiempo a replicarme el “yo más”. Me sentí aliviada de hablar con Angel, me siento mejor. Me levanto de la cama y me ducho. En apenas 20 minutos ya estoy lista y, tras vestirme, bajo a desayunar. Ya son más de las 9, hablando con Angel el tiempo me ha pasado volando.
Mi tía Joyce y mi tío Richard ya están en la cocina.
-Buenos días Paula-Dice mi tía-¿Has dormido bien?
-Si-Miento-Bastante bien.
Me siento a la mesa, cuando se me vienen a la cabeza las palabras de Ingrid.
-Por cierto tía Joy…
-Dime
-Esta tarde me gustaría ir a la peluquería, necesito un cambio de look-Sonrío.
-Ah, pues no muy lejos de aquí hay una, si quieres te acompaño.
-Si no es molestia… No vaya a ser que me pierda, que apenas llevo un par de días aquí.
-Claro que sí, esta tarde iremos.
-Muchas gracias.
Empezamos a desayunar sin ningún otro tema sobre el que hablar. A decir verdad, ninguno de los tres habla nada durante el desayuno, así que decido ser yo la que rompa ese silencio.
-Y bueno… ¿Qué es lo que está estudiando Victor en Bexley?-Intervengo.
Mis tíos intercambian una mirada y luego fijan sus ojos en mí. La tía Joy ya no tiene la mirada alegre de siempre, y mi tío Richard… no sé describir su mirada, pero llego a la conclusión de que no ha sido buena idea hablar sobre mi primo. Lo que no sé, es por qué.

Bueno aqui teneis el capítulo, esperamos ques os guste. Comentar, besos.

martes, 11 de septiembre de 2012

Capítulo 20: You will always be in my heart



Las despedidas nunca son fáciles y más cuando no se sabe si volverás. Yo tengo una gran experiencia en despedidas en las que uno se va y no vuelve. Los pocos días que me quedaban en España pasaron muy rápido, y ya era 6 de enero. En tan solo unas horas estaría en un avión con destino a Londres, y podía decirse que estaba, de todo, menos feliz. No podía estarlo. Mucha gente sueña con visitar Londres, incluso con irse a vivir allí. Yo misma, hasta no hace mucho, soñaba con eso. Pero ya no. No quiero. Me aterra la idea de vivir en otro país con alguien a quien apenas conozco y por Dios sabe cuánto tiempo, lejos de la persona que más quiero en el mundo. Lejos de Angel. Pero no me queda de otra. Mi única esperanza es que Ingrid consiga mi custodia lo antes posible. Pero aun así, los 3 meses, como mínimo, que le llevaría conseguirlo, no me los quita nadie. 3 meses. 92 días. 2208 horas. 132.480 minutos. No parece tanto tiempo, pero para mí lo es. Es una eternidad si Angel no está a mi lado.
Angel está sentado en el sofá, esperando su turno para despedirse de mí. Los primeros han sido sus padres y parece que él quiere ser el último. Cuando llega su turno, su primer impulso es darme el beso más asfixiante que nos hubiésemos dado en nuestra vida. Me abraza. Yo respondo al abrazo y aguanto mis lágrimas para que no salgan a la luz.
-No pienso dejarte-me dice con amargura.
-Ni yo a ti.                   
-Llámame cuando llegues ¿lo harás verdad?
-Pues claro.
-Ya sé que no hace falta que me lo prometas, pero prométemelo.
-Te lo prometo, prometo llamarte cuando llegue y cada día al atardecer. Tú tienes que prometerme que no me olvidaras.
-Te prometo que no me olvidare de ti en toda mi vida.
Le sonrío con amargura, esta separación no será buena, pero tampoco será bueno perder a mi tío que es una de las pocas personas que queda en mi familia.
-Ahora tú estarás en otro lado y yo aquí en esta mierda de soledad.
-Yo siempre estaré a tu lado-le digo convencida-A pesar de la distancia.
-Se me va a hacer difícil y eterno.
-No puedo decirte que volveré pronto porque eso no lo sé, pero espero que  todo se solucione pronto, y que cuando los dos menos nos lo esperemos, estaremos juntos de nuevo-le sonrío- Y otra cosa, si alguien pregunta por mí, no me conoces, ¿vale?
-Vale-dice Angel con una sonrisa triste.
Le abrazo con fuerza, retrasando el momento de separarme de él. Cuando por fin nos separamos, Angel  vuelve a juntar nuestros labios, dejando claro que ese no va a ser nuestro último beso, diciendo así que si hace falta ir a buscarme a Londres, él lo hará. Todos salen de mi casa, yo vuelvo a mirarla por última vez, no me puedo creer que me vaya a otro lugar, miro bien cada rincón, he tenido muy poco tiempo para guardar toda una vida en cajas, pero lo he hecho. Richard que estaba en el taxi esperándome, ahora esta detrás de mi. Todo esto es horrible, las ganas de llorar me invaden, pero las aguanto, porque a pocas personas les consiento ver mis lágrimas. Mucho me temo que si Ingrid no consigue mi custodia, quizá tenga que hacer una nueva vida, una vida en Londres. La idea me aterra por lo que la aparto de mi mente a la velocidad de la luz. Pienso en todo lo que ha pasado en tan poco tiempo.
-Cuando quieras salimos en dirección al aeropuerto-dice Richard.
-Antes voy hacer una llamada.
Cojo el teléfono y tecleo el número de Ingrid, espero que este en casa. Tras una serie de pitidos alguien lo coge.
-Ingrid, soy Paula.
-Soy Andrea, te paso ahora con mi madre.
-Ah vale.
-Paula, soy Ingrid.
-Hola Ingrid, siento molestarte, pero necesitaba hacerte una pregunta
-Tú nunca molestas Paula, dime.
- ¿Estoy haciendo bien lo de decirle a Angel, Dani y Lay… que si alguien desconocido les pregunta por mi, no me conocen?, es que no quiero que les hagan daño.
-Si, precisamente es para eso.
-Vale, pues entonces era eso…
-Otra cosa, cuando llegues a Londres cambia tu aspecto y de móvil.
-¿Cómo? Ingrid…
-Paula debes hacerlo por su bien…
-Esta bien, y te dejo ya, que mi avión va a salir. Chao
-Adiós, Paula.
Corto la llamada y me largo en dirección a la puerta, vuelvo a echar una ojeada a lo que fue mi hogar durante 17 años, cumplidos hace solo tres días, el 3 de enero. Cierro la puerta y me subo al taxi, que sale en dirección al aeropuerto. No tardamos mucho en llegar. Richard me ayuda con las maletas y poco después ya estamos a bordo del avión. Las horas se me van a hacer eternas, recuerdo las lagrimas de Lay en la despedida y el “cuídate mi niña” de Dani. Los besos de Angel, su abrazo y las promesas. Lo rememoro varias veces y al final acabo cogiendo mi iPod para escuchar una canción. Not Alone de McFly.
Tras unas horas…
Me subo a otro taxi para dirigirme al barrio de Islington, concretamente al distrito The Angel, miro por la ventanilla y veo un monumento que da nombre al distrito, son unas alas metálicas parecidas a la de un Angel y que están al lado de un centro comercial. Mi tío me lo cuenta todo, tanto como que Islington está en la zona norte del interior de Londres, como que esta dividido en 16 distritos. Le presto atención, ya que este va a ser mi hogar durante un tiempo. Llegamos a casa de mi tío. Es una casa de color blanco con ventanas azules al igual que la puerta y la verdad parece muy acogedora. En la puerta nos esperaba mi tía Joyce, a la que de pequeña llamaba Joy. La miro bien, hacia tanto que no la veía, que me había olvidado de su aspecto, era joven sin embargo a mi tío parecía que se le habían venido los años encima. A pesar de ser gemelo de mi padre, Richard aparentaba más edad.
-Bienvenida a casa, Paula.
-Hola tía Joy.
Le doy un fuerte abrazo, recuerdo cuando unos días atrás no le di ese mismo recibimiento a mi tío, que ahora está pagando al taxista.
-Bueno, voy a enseñarte cuál va a ser tu habitación.
Cogí dos de mis maletas y las metí dentro de la casa, Richard cogió las otras dos que quedaban, ninguna de ellas era precisamente pequeña. Seguí a mi tía escaleras arriba, abrió una puerta y allí estaba mi nueva habitación. Las paredes eran de color morado, el marco de la ventana y la puerta era blanco, el resto de muebles también eran blancos, el cabecero de la cama eran como ramas entrelazadas al igual que el marco del espejo que decoraba una de las paredes. Todo era como la típica habitación de la princesita de la casa.
-Dime ¿Qué te parece?-Pregunta mi tía con una sonrisa.
-Es muy bonita, me gusta.
-Me alegro…
-Por cierto ¿dónde esta Víctor? Hace mucho tiempo que no le veo.
La cara de mi tía se ensombreció, Richard que en ese momento subía las escaleras respondió a mi pregunta, pero con el tono que uso me dejo claro una cosa, me había dicho con otras palabras“no quiero que menciones ese tema”.
-Esta en Bexley, estudiando.
-Ah, que bien…
-Bueno vamos a subir tus maletas para que puedas instalarte ya.
Mis tíos bajaron las escaleras y yo tras ellos, cogí dos de las maletas y mi tío otras dos, cuando ya las habíamos subido mi tío me dejo a solas en mi habitación para que pudiese llamar a Angel. Marque su número y tras un pitido Angel contestó.
-Hola princesa.
-Hola mi amor.
-¿Ya estas instalada en tu nueva casa?
-Si…
-Y ¿qué tal es?
-Es bonita, muy acogedora y mi habitación es…debe de ser la mejor, parece hecha para una princesa.
Angel se hecho a reír, pero yo sin embargo solo dibuje una fina sonrisa en mis labios.
-Angel, Ingrid me ha dicho que tendré que cambiar de móvil…
-¿Por qué?
-Supongo que para que las llamadas me cuesten menos no se cosas de Ingrid…-aunque sabía de sobra porque era.
-Mándame tu nuevo número cuando lo sepas ¿vale?
-Si, mañana mismo iré a cambiarlo y te mandare mi número en un mensaje.
-Bueno y dime ¿dónde esta tu nueva casa?
-Pues…esta situado en un barrio del norte de Londres, concretamente en el barrio de Islington y en el distrito The Angel…
-No si tu no te vas a olvidar de mi…porque con el nombre del distrito…
-Por lo menos con ese nombre rondando por aquí me sentiré cerca de ti. ¿Tu que has hecho para sentirte más cerca de mi?
-Nada-dice Ángel.
-¿Nada?-pregunto confundida.
-No, no me hace falta hacer nada para sentirte cerca. Para mí siempre estarás conmigo, y no digo físicamente, sino en mi corazón. De él nunca vas a salir.

Una nueva sonrisa se dibuja en mis labios, pienso en lo que me queda por delante, en todo lo que va a tener que pasar para que yo pueda volver a su lado. Por un momento me pongo a pensar en las consecuencias que tenga para mis tíos, pero Angel me saca de ese mundo de pensamientos volviéndome a hablar.
-¿Sabes ya a qué instituto irás?
-No  mi tío no me lo ha dicho todavía, supongo que iré al mismo que vaya Víctor…
-Ah…y tu primo ¿que tal es?
-Pues no sé, no le he visto, según me han contado mis tíos esta estudiando en Bexley.
-Entonces ahora entenderás porque te han puesto esa habitación…vas a ser la niñita buena de Richard…
-¿Qué?
-Paula, si tu querido primo ya no vive en casa de sus padres, lo único que puede significar que te den la habitación de la princesita, es que te vayan a tratar como tal. No, más bien te van a tratar como a su hija pequeña, te van a dar de mimos que no veas…
Por un momento suelto una carcajada, pero luego lo pienso bien y me soy cuenta de que quizá Angel tenga razón.
-Creo que vas a tener razón.
-Si es que soy muy listo, ¿o no lo ves?
-Listísimo…-digo irónicamente.
-Lo se…
-Bueno Angel, tengo que instalarme, te llamo mañana al atardecer, ¿recuerdas?
-Claro que me acuerdo, hasta mañana princesa.
-Hasta mañana cariño.
Cortamos la llamada a la vez y tras unos minutos de calma comienzo a colocar todas mis cosas. Abro las puertas de los armarios y toda la ropa que tengo, poco después solo me quedan dos maletas por abrir, en ellas están todas las fotos, recuerdos…podría decirse que ahí está toda mi vida. Tras colocar todo, bajo las escaleras para encontrarme con mi tía Joy.
-Bueno ya te has instalado ¿no?
-Si…
-¿Quieres que vallamos a dar un paseo y te enseño todo esto?-me pregunta mi tía con una gran sonrisa.
-Vale…
Joy abrió la puerta que daba a la calle e hizo un gesto indicándome que fuese yo la primera en salir y eso fue lo que hice. Mi tía me enseñó cada una de las calles de Islington, recorrimos los 16 distritos. Hicimos una parada en Highbury, mas conocido como Arsenal Stadium, aunque ahora de “Stadium” no tenia nada. Aquello se había transformado en una serie de apartamentos de lujo, que en vez de aportarte la idea de lujo te aportaban tristeza. Mi mente en aquel momento se fue directa al 3 de septiembre del año pasado.
Hace 4 meses y 3 días…
El sol todavía brillaba en el cielo, no había oscurecido todavía, hacia calor y más en aquel campo de futbol.
-Tira ya, venga que tú puedes…
-Angel yo podré tirarte el balón, ahora que tu lo pares es otra cosa.
-Si yo soy tan bueno como Iker Casillas… ¿o no lo ves?
Solté una carcajada, Angel jugaba al futbol, pero precisamente no era ningún Casillas. Aparte él jugaba al futbol por divertirse y hacer el tonto, no lo hacia como ninguna competición, porque precisamente no jugaba muy bien.
-No la vas a parar-Dije riendo.
-Y si la paro… ¿Qué me das?
-¿Qué te parece si no te doy nada?
-A una pregunta no se responde con otra pregunta y me parece mal algo me tienes que dar…
-Pues di tú.
-Si la paro, me tienes que dar un beso, pero no me vale un simple piquito.
-Eso no vale…eres un aprovechado-le reprocho.
-No soy ningún aprovechado, bueno o quizá si, da igual. Aparte sé que no me darías un simple piquito y sé que te gustaría-me dijo mientras sonreía malévolamente.
-Y ¿si no la paras?
-Pues…no se…seré tu esclavo durante una semana.
-Vale me parece justo…
-Muy bien, pues ahora tira.
Estaba segura de que iba a marcar, a Angel la portería se le quedaba demasiado grande o eso me parecía. Cogí carrerilla y le di al balón con todas mis fuerzas haciendo así que el éste se elevara. Cuando yo ya estaba cantando victoria, vi como Angel saltaba y paraba el balón con las dos manos, lo dejo junto a la portería y me miro.
-¿El beso para cuando?-me dijo mientras sonreía-recuerda no me vale un simple pico.
Esto me pasaba por estar tan segura de que iba a marcar. Empecé a caminar en su dirección a regañadientes, el ya llevaba una temporada haciendo apuestas como esa conmigo, pero yo siempre las esquivaba, tenía miedo a estropearlo todo.
-Bueno aquí no ¿vale?-me dijo Angel.
-Vale.
Angel fue el primero en salir del campo, le seguí hasta un callejón que había a pocos metros del campo de futbol.
-¿Por qué no querías que te diese el beso en el campo?
-Porque no quiero andar publicándolo a los cuatro vientos.
-Publicar a los cuatro vientos ¿el qué?
-Que te quiero.
Le mire a los ojos y vi que lo que decía era verdad, acaricie su pelo, deje caer una de mis manos en su hombro la otra rodeaba su nuca, me incline y junte nuestros labios una y otra vez. Angel me apretó contra el y coloco sus manos en mi cintura, pero en un par de segundos se separo.
-Y ¿tu?
-¿Yo que?
-¿Me quieres?
-Te quiero-le dije muy seria.
-Pero ¿solo como un amigo o como algo más?
-Si te quisiese como un amigo no te hubiera dado el beso.
-Entonces ¿por qué al principio no querías besarme?
-Yo no dije eso…-le sonreí.
-Pero lo expresaste con otras palabras.
-Porque tenia miedo a fastidiarlo todo…
-¿Cómo que todo?
-La amistad. Además, pensé que tan solo me veías como…una amiga, mientras yo te miraba con otros ojos.
-Y ¿ahora te ha quedado claro con que ojos te estoy mirando?
-Sí, lo tengo muy claro.
Angel se arrodillo ante mí y muy serio, pero con mucho amor me miró, agarró mi mano y dijo:
-¿Quieres salir conmigo? Es decir, ser mi novia.
-Si, quiero-le dije con rotundidad, como si de una boda se tratara.
-Estaré contigo para siempre, siempre y por siembre, en lo bueno y en lo malo.
Angel me sonrió y se levanto volvió a juntar nuestros labios, me volvió a apretar contra él, cogió mis piernas he hizo que rodearan su cintura, encontrándose con la piel desnuda de mis piernas y acariciándola con suavidad. Apoyo mi espalda contra una pared y sus labios bajaron en dirección a mi cuello, mis manos se metieron bajo su camiseta acariciando su espalda.

Oí una voz que me sacaba de mis recuerdos, mi tía me estaba hablando. Joy me hablaba de volver a casa para poder hacer la cena, yo le hice caso y la seguí, aunque no podía apartar de mi mente aquel 3 de septiembre.

Aqui teneis el capítulo, espero que os guste. En este capítulo también a colaborado Paula. Comentar, besitos.

¡¡¡Premio!!!


Bueno tenemos que dar las gracias a NZ por el premiazo que nos a dado, por decirlo de alguna forma.
Y estas son nuestras respuestas para sus preguntas.

1) ¿Cual es vuestro animal favorito?
Paula:Gato
Kris:Perro

2)¿Porque hicisteis el blog? ¿Que te inspiró?
Kris: Pues precisamente me inspiro mi amiga Paula y en un compañero de clase que tenia unos ojos muy bonitos, aunque más bien esto surgio un día que me aburria.
Paula: Yo me acople porque me gusta escribir y porque soy una romantica empedernida.

3)¿Quien es es vuestro escrit@r favorito?
Paula: Blue Jeans
Kris:Suzanne Collins

4) ¿A que edad empezaisteis a escribir, un cuento, un libro...?
Paula: Con 15 años.
Kris:Con 14 años. 

5) ¿Dime tres cosas que te llevarias a una isla desierta?
Paula: Me llevaria el portatil, la guitarra y la cámara de fotos.
Kris: Mi movil, mi libro favorito y un paquete de sugus.

6)¿Alguna vez habeis ganado un consurso de escirtura?
Paula: Nunca en la vida.
Kris: Yo tampoco, pero porque no me presentaba por vergüenza.

7) ¿Aparte de ser escirtoras estudireis alguna carrera?
Kris y Paula: Las dos tenemos pensado estudiar idiomas, la carrera se llama licenciatura en lenguas modernas.

8) ¿Que es lo que mas odias del instituto?
Paula: Lo que mas odio del insituto son las clases de matemáticas.
Kris: Yo también odio las clases de mate.

9)¿Sois buenas estudiantes? ¿Cuales son vuestras medias?
Paula y Kris: Nos consideramos buenas estudiantes  y nuestra media de todas las asignaturas estaría entre el 8 y el 9, aunque algunas se nos dan mejor que otras y nos gustan mas.

10) ¿Serie favorita?
Paula: El Barco.
Kris: No veo muchas series, pero creo que mi favorita es Pulseras Rojas.

11)¿Pelicula favorita?
Paula:Green street hooligans.
Kris:Antes era In Time, pero me gustan más Los Juegos del Hambre.

12¿Tienda favorita?
Paula: Bershka.
Kris:Stradivarius.

Nuestros blogs nominados son:

http://amorenparis.blogspot.com.es/
http://lululaila.blogspot.com.es/
http://desdeaqueljuegodemiradas.blogspot.com.es/

Las preguntas:

1)¿En quién o qué os inspirasteis para escribir vuestro blog?
2)Escritor@ favorit@. 
3)Cantante favorit@.
4)¿Cuándo empezasteis a escribir?
5)¿Cuál es vuestra canción preferida?
6)¿Qué pensais estudiar?
7)¿Qué es lo que más odiais?
8)¿Qué os llevariais a una isla desierta?
9)¿Tienda preferida?
10)¿Qué tipo de películas os gustan?
11)¿Cuál es vuestra película favorita?
12) Si os concedieran tres deseos ¿qué pediriais?




miércoles, 5 de septiembre de 2012

Capítulo 19: Words can´t say what love can do



Unas caricias hicieron que saliese de mi profundo sueño. Angel pasaba uno de sus brazos por mi cintura y besaba mi hombro desnudo, haciéndome cosquillas. Me revolví entre sus brazos dándome la vuelta, quedando cara a cara con él. Me miró fijamente, me sonrió y acto seguido juntó nuestros labios robándome un beso.
-Buenos días preciosa.
-Y tan buenos...-le devolví la sonrisa.
Sujetó mi cara entre sus manos y yo hice lo mismo, quedando a escasos centímetros, centímetros que pronto desaparecieron dando lugar a un nuevo beso.
-Bonita manera de despertar- Le digo a la vez que le abrazo colocando mi cabeza sobre su pecho.
-Estoy dispuesto a repetirla todos los días de mi vida.
-¿Pues tanto tiempo vamos a estar juntos?- Le digo con una sonrisa en los labios.
-Ah, ¿no quieres?
-¿Estar toda la vida contigo? Pues hombre, no sé quien te aguantará a ti tanto tiempo...
-Pues tú, porque tú vas a estar toda mi vida a mi lado.
-¿Me vas a obligar?- Le digo retándole.
-Para nada...
-¿Entonces como estás tan seguro?
- Porque si tú no estás a mi lado, yo ya no quiero seguir viviendo.
Esa frase de Angel me descolocó por completo. Me abracé mas fuerte a él, como si así pudiese demostrarle que nunca le iba a dejar, que le quería. Y el pareció entender mi mensaje. Cogió mi cara entre sus manos y me besó con ternura, como nunca antes, como si ese beso fuese la prueba de que siempre estaríamos juntos.
-Yo nunca te voy a dejar- Le dije.
-¿Cómo puedes estar tan segura?- Dijo mirándome fijamente a los ojos.
-Porque te quiero.
-Pero puedes llegar a querer a otra persona como a mí, o incluso más- Dijo con tono triste.
-No, eso nunca pasará.
-Eso no lo sabes...
-Sí que lo sé, porque sé lo que siento cuando estoy contigo, y también sé que nunca voy a sentir lo mismo con nadie más, porque el corazón nunca miente.
Le dije esto último mirándole a los ojos, para que supiera que no le mentía, que quería pasar mi vida a su lado.
- ¿O acaso te tengo que demostrar cuánto te quiero?- Le dije con una sonrisa pícara, para quitarle hierro al asunto.
-Bueno... no estaría mal que me lo dejaras un poco más claro- Sonrío colocándose encima de mi.
Comencé a besar su cuello, invirtiendo nuestras posturas, pero me levanté de repente, dejándole con las ganas.
-¿Pero dónde vas?- Dijo con una sonrisa mal disimulada.
- A la ducha...
-Ah, ¿así me demuestras cuánto me quieres? Pues muy bonito eh, muy bonito...- Disimulaba  indignación
-En ningún momento he dicho que quiera ducharme sola- Le sonreí con malicia.

Sin pensárselo dos veces, Angel se levantó de la cama como alma que lleva el diablo y me siguió, cerrando la puerta del baño tras él.

...

Tres cuartos de hora más tarde estábamos en la cocina, desayunando tranquilamente, tras una mañana un poco "movidita", y no sólo por lo de la ducha, sino porque Angel se había empeñado en hacer el desayuno... y la cosa no había salido demasiado bien. Mientras desayunábamos, a Angel se le encendió la bombilla y me dijo que me llevaría a un sitio, pero no me dijo a dónde. Me pasé el resto del desayuno intrigada y cuando por fin terminamos y salimos de casa, no dejé de insistirle para que me dijera a dónde íbamos.
-¿Me vas a decir de una vez cuál es ese sitio misterioso al que me llevas?
-Pues no, ni aunque me supliques…
-Mala persona- Dije, poniendo el típico gesto de niña pequeña.
-¿Con que mala persona no? Ahora verás lo mala persona que puedo llegar a ser…
Dijo esto último mirándome con una perversa sonrisa y yo eché a correr, por lo que pudiera pasar… Angel corría detrás de mí, parecíamos dos locos corriendo y  riendo por la calle. Corríamos como si estuviéramos compitiendo, hasta que Angel me alcanzó y los dos nos caímos al suelo, él encima de mí, y empezó a hacerme cosquillas provocando que me retorciera bajo su cuerpo. Y así estuvimos un buen rato, hasta que él se cansó y se quedó mirándome fijamente.

-¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así?
-Pasa que te quiero y te miro así porque me gustas, y porque me da la gana de mirarte. ¿Algún inconveniente con eso?
-No no, ninguno, faltaría más…
Angel rio, e inmediatamente se levantó, cogiéndome de la mano, haciendo que me pusiese en pie yo también.
-Si no me dices a dónde me llevas, no pienso ir a ningún sitio- Dije soltando su mano, intentando que me dijera a dónde me llevaba.
- ¿Ah si? Tú lo has querido.- Angel me cogió en el cuello y empezó a andar conmigo a cuestas.
La gente nos miraba raro, normal.
-Vale vale vale, voy a donde tú quieras, pero bájame que nos vamos a caer los dos – Dije riendo.
-Eres de lo que no hay…- Me dejó en el suelo.
Por fin, tras 10 minutos más caminando, Angel dijo que estábamos llegando,  me tapó los ojos con las manos y me cogió por la cintura para que no me cayese.
-Angel, me voy a matar- Dije entre risas, procurando no tropezarme con nada.
-Ya está, ya puedes mirar…
Quitó sus manos de mis ojos y pude ver un precioso paisaje. Era una pequeña playa, a la que yo no había ido nunca. Era preciosa.
-¿Te gusta?-Me dijo con una sonrisa.
-¿Y esto?-Le dije sorprendida.
-¿Te gusta o no?
-Claro que me gusta, es preciosa…
-Mis padres me traían cuando era pequeño, siempre me encantó este lugar y esta mañana se me ocurrió traerte aquí, no sé por qué pero sabía que te iba a gustar.
-Pues has acertado- Le sonreí y seguidamente le besé.
-Te quiero Paula.
-Yo más
-De eso nada, yo muchísimo más, y te lo puedo demostrar-Dijo mientras se acercaba a mí.
-Jajajaja no, no hace falta que me lo demuestres- Le besé.
-Sí que hace falta, las palabras no pueden decir lo que el amor hace.
Nos miramos a los ojos por espacio de unos segundos y nos besamos. Angel me abrazó y decidimos comenzar a andar de vuelta a casa. Íbamos caminado a la vez que hablábamos de tonterías, cuando me paré delante de una tienda de tatuajes, y Angel adivinó mis intenciones.
-Paula, no pensarás…
-Anda, porfa, para una cosa que te pido…- Digo con voz de niña pequeña.
-Eso es chantaje emocional- Sonríe
-¿Esa sonrisa es un sí?-Digo emocionada.
-Vaaale, pero yo también me hago uno- Me dice Angel.
-Y… ¿Qué te vas a tatuar?- le pregunto.
-¿Y tu?
-Lo mío es una sorpresa-Le saco la lengua.
-Ah, pues lo mío también…
Entramos en la tienda y yo soy la primera en tatuarme. Según Angel, las damas primero. Por una vez podía ser menos caballeroso. Cuando mi tatuaje ya estaba listo, le tocó a Angel, y una vez hubo terminado él también, salimos de la tienda, no sin que antes el tatuador nos diera una crema para que no se irritasen.
-¿Cuándo tienes pensado enseñármelo?- Inquirió Angel.
-No se… ¿Qué te parece esta noche?- Le dije mordiéndome el labio.
-Bueeno… sí, estaría bien- Me besó.

Continuamos caminado hasta llegar a casa, comimos entre risas y alguna tontería que otra por parte de Angel, y nos pasamos toda la tarde tumbados en el sofá, viendo películas. Una  romántica,  a petición mía, y otra de miedo que eligió Angel. Sobre las ocho y media, cuando me iba a poner a hacer la cena, Angel me dijo que me cambiara, que hoy me invitaba a cenar. Me dio una hora para estar lista, el tiempo que a él le llevaría ir a su casa a cambiarse.
Antes de lo acordado, concretamente a las nueve y veinticinco, Angel estaba en mi puerta, guapísimo, como siempre. No iba ni muy formal, ni tampoco muy casual. Perfecto. Y yo… yo estaba aún decidiendo que vestido ponerme, así que le abrí la puerta a Angel en ropa interior, aunque no dejé que viera mi tatuaje, no hasta esta noche.
-Menudo recibimiento-Dijo Angel sorprendido.
-No te acostumbres a esto…
-Pues ya que estás así… No sé, podíamos saltarnos la cena y pasar directamente a…- Me dice con una sonrisa.
-De eso nada, chaval… si no hay cena no te enseño el tatuaje. Tu decides- Le dije fingiendo estar seria.
-Es que me lo pones muy difícil, mírate-Dijo repasándome de arriba abajo con la mirada.
-Bueno, mejor lo dejamos ya…Voy a vestirme. Vengo enseguida-Le robé un beso.
En diez minutos ya estaba lista. Llevaba un vestido azul oscuro, palabra de honor, por encima de la rodilla Y unos zapatos negros, a juego con mi bolso. Bajé las escaleras y Angel estaba esperándome abajo, me cogió la mano, ayudándome a bajar, tipo peli americana, y me dio un beso que me dejo sin aliento.
-Estás preciosa-Me dijo.
-Gracias, tu también estás muy guapo- Le sonreí.
Salimos de casa y en apenas quince minutos estábamos en el restaurante. Ya había estado algunas veces allí, pero nunca con Angel. Nos sentamos en una mesa al fondo del local y pedimos la cena. Cenamos igual que comimos, entre risas, tonterías y alguna que otra frase insinuante de Angel, que me sacaba los colores. Al terminar la cena, pagamos, o mejor dicho, Angel pagó, y emprendimos el camino a casa. Íbamos abrazados, hablando de nuestras cosas. Llegamos a mi casa y nos encontramos una nota de John sobre la encimera de la cocina, en la que decía que se quedaba a dormir en casa de un amigo, que vendría mañana a la hora de comer. Cuando Angel leyó la nota, me miró y me dedicó una sonrisa maliciosa. Sin que me lo esperase, me cogió en el cuello y comenzó a subir escaleras arriba, hasta llegar a mi habitación. Abrió la puerta despacio y me dejó en el suelo. Le sonreí y el comenzó a besarme despacio, para luego intensificar la velocidad. Fuimos caminando hasta el borde de mi cama, al tropezarme con él, caí sobre la cama y Angel sobre mí. Siguió besándome y poco a poco fue bajando la cremallera de mi vestido. Yo comencé a desabrochar los botones de su camisa, hasta que por fin vi su tatuaje en el pecho. Me quedé mirándolo fijamente hasta que Angel me sacó de mis pensamientos.
-¿Te gusta?- Me preguntó.
-Es precioso… pero, ¿por qué esta frase?
- Porque fue lo que tú me dijiste esta mañana-Me sonrió


-Te quiero Angel- Le volví a besar
-Bueno, tu ya viste el mío, ahora te toca a ti-Dijo al separarse de mí.
-Está bien… -Dije mientras me giraba, dejándole ver mi espalda.
-Words can´t say what love can do- Leyó Angel en voz alta. Yo simplemente le sonreí- ¿Por qué esta frase?
-Fue lo que tú me dijiste esta mañana- Dije imitando su anterior respuesta.
Nos miramos fijamente por espacio de unos segundos y volvimos a besarnos, yo continué desabrochando sus pantalones hasta conseguir quitárselos y él hizo lo propio con mi ropa interior. Me deshice de sus bóxers para quedar en igualdad de condiciones. Ya no había nada que nos impidiera volver a unirnos en uno solo. Y así lo hicimos.
Un tiempo después, no sabría decir cuánto, Angel cayó a mi lado, exhausto. Ambos mirábamos al techo intentando recuperar nuestra respiración normal. Angel me miró y sonrió, y a mi se me escapó una lágrima de felicidad. Intenté quitármela lo más rápido que pude, pero Angel la notó.
-Paula… -No le contesté- Eh, mi vida, ¿que pasa?
-Nada- Le sonreí- Que te quiero.
-¿Y por eso lloras? ¿Tan malo te parece estar enamorada de mi?- Dijo provocándome una carcajada.
-No tonto, es solo que… me haces feliz- Le sonreí.
-Y tu a mi, mi vida, no sabes cuánto- Me besó.
Le abracé, y así nos quedamos un rato. Él acariciando mi brazo mientras yo reposaba mi cabeza en su pecho. Los ojos casi se me cerraban solos, y poco a poco me fui quedando dormida, con la certeza de que Angel era lo mejor que me había pasado en la vida.

 Bueno aqui teneis otro capítulo, en el que también a colaborado mi Amiga Paula. Comentar, besitos.